Amando lo Nuestro.

El día de ayer Lunes 10 DE Octubre se realizo una Marcha de pueblos originarios, específicamente del pueblo mapuche en nuestra capital Santiago, donde muchas personas y adherentes a la marcha, se unieron para protestar específicamente por la sobre vivencia de estos pueblos en la sociedad actual.

Al momento de llegar al lugar de encuentro con todos los demás manifestantes, note que muchos de los participantes no eran solo Mapuches Chilenos, ni Chilenos que “no tuviesen sangre Mapuche”, si no que también participaban bastantes extranjeros maravillados por la valentía, orgullo, y satisfacción que encarnaban las personas que convocaban a esta marcha.
Entre tanta gente, camarógrafos, fotógrafos y personas de diversas instituciones y movimientos ciudadanos el espíritu de fondo sin duda era el de luchar por la preservación de estos pueblos originarios.
Y aunque en la mayoría de los casos las personas que convocaban a esta
marcha no se imaginaban el efecto que producían en los observadores, estos últimos eran sin duda de impacto profundo y de orgullo eterno.

Al momento de finalizada la marcha, todos los participantes nos reunimos en una plaza justo a los pies del legendario cerro Santa Lucia, que acogía para ese entonces alrededor de 1500 personas de toda edad, creencia, pueblo, e ideología en sus faldeos, donde la música, bailes y alegría no se hacia disimular.
Todos comprendían que el punto de reunión no era precisamente los reclamos de este pueblo al gobierno o a las empresas que prácticamente expropian sus tierras en el sur de nuestro país, si no que el motivo central de la reunión era en animo de plantarnos que ya es tiempo de querer y reconocer nuestros pueblos originarios, que finalmente son los que han participado de la creación colectiva de lo que hoy llamamos nuestra sociedad.

Después de haber participado y haber notado el valor sustancial que tiene el sentido de hacer prevalecer nuestros pueblos originarios, me quedo con la reflexión de que tanto en el sur como en el centro y norte de Chile, necesitamos amar y preservar lo nuestro, nuestras raíces nuestra cultura, y lo que finalmente somos nuestra identidad. Que es el símbolo de que vayamos donde vayamos, llevaremos en nuestro código genético, en nuestras creencias, en nuestra forma de mirar el mundo y mucho mas en lo que realmente somos. ¡Nuestro pueblos originarios! Es por esto que hago un llamado a preservar y cultivar lo nuestro a
sentirnos orgullosos de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que seremos, solo así contribuiremos a una unidad nacional, donde nos sintamos libres y orgullosos de ser lo que somos Chilenos todos.